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miércoles, 20 de junio de 2007

Medio ambiente y plusvalías

¿Cómo sacarle plusvalías al medio ambiente?

Igual que Europa saca plusvalías al CO2 al amparo de los derechos de emisión en el marco del Protocolo de Kioto, otros bienes también se prestan para sacarles plusvalías, p.ej., el medio ambiente, concretamente el suelo como bien inmueble por naturaleza. No hace falta romperse la cabeza para poder imaginarse una cadena a través de la cual un producto (en este caso: p. ej., un solar por recalificar o situado en un espacio protegido etc.) vaya ganando una jugosa plusvalía por tráfico de influencias y corrupción (activa y pasiva), para ser vendido, al final, por un abultado precio que se corresponda perfectamente con el entorno en que se lleva a cabo esta operación. En nuestro caso imaginario han intervenido agentes corruptores y corruptos privados y de todos los colores políticos para realizar la corruptela con el objeto de, p. ej., llenar las arcas de las respectivas administraciones, muchas veces deficitarias, y / o repartirse el sabroso pastel entre las partes interesadas de la trama de corrupción involucrada en tamaño negociazo.
Los periódicos de este país están llenos de estas noticias. La buena es que algunas de ellas hayan llegado a los oídos de la burocracia de Bruselas, por lo que ya no pueden barrerse bajo la alfombra así como así o "caer en el olvido" ante el silencio cómplice del entorno responsable.

No es necesario ir tan lejos como a los países en desarrollo o a los emergentes para presenciar la "venta de medio ambiente" como parte de un precio altamente competitivo por un producto que se venda en cualquier parte del mundo, compitiendo con precios que se han obtenido respetando el medio ambiente (y a la mano de obra). Lo mismo da si esto ocurre en EE UU, en la República Popular China o en la India. El efecto producido por las emisiones de CO2 lanzadas al aire por estos países es equiparable, p. ej., al causado a espacios ocupados por construcciones o megaproyectos salvajes que merman sensiblemente la calidad de vida y que a menudo se han levantado bajo un manto de aparente legitimidad y legalidad. Son, en consecuencia, el fruto de alguna corrupción ejecutada en detrimento del medio ambiente con la finalidad de producir suculentas plusvalías de carácter delictivo. Son las enormes plusvalías - expresadas en términos económicos - obtenidas tanto en función de las emisiones de CO2 como de dichas construcciones que fácilmente dan lugar a que, p. ej., la Administración de Bush, por una parte, opte por compensar las emisiones por tecnologías avanzadas (para seguir produciendo emisiones, vender su tecnología y no perder competitividad a escala internacional); y las administraciones arriba referenciadas, por otra, hagan la vista gorda por formar parte activa o pasiva de la supuesta trama de corrupción. En este último caso hay un caldo de cultivo propicio, es dinero fácil y falta mano dura.

Saludos PATO

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